En los próximos 5 años las empresas perderán 5,2 millones de euros como consecuencia de los ciberataques [link]. Solo hay una forma de saber si una empresa está preparada para un ataque informático: ponerla a prueba con un Pentesting.

1 de cada 4 trabajadores no sabe que está realizando una acción potencialmente peligrosa para su empresa. En muchas ocasiones el atacante aprovecha las debilidades de los usuarios para acceder a los datos confidenciales de las organizaciones.

La mejor forma de analizar si una empresa está preparada para una amenaza real es someterla de manera controlada a
un riesgo similar. El Red Team de BeeHackers está conformado por un equipo de especialistas que ejecutarán ataques específicos hacia objetivos concretos, siempre controlados y con un alcance fijado con anterioridad.

Pero nuestra labor no sólo se limita al pentesting y el análisis de vulnerabilidades de los sistemas físicos. También
contemplamos la ingeniería social como parte de nuestra evaluación.

Nuestro elemento diferenciador radica en la posibilidad de ofrecer una solución personalizada a problemas tecnológicos y legales específicos a los que nunca antes se haya enfrentado tu empresa.

Si desea evaluar la seguridad de su organización no dude en contactar con nosotros, le ofrecemos soluciones a su medida, utilizando las técnicas más novedosas de los ciberdelincuentes, para anticiparnos a sus ataques y advertirles los fallos de seguridad antes de que puedan ser explotados.

Si ya el campo de la informática es un sector en continua innovación y evolución, el área concreta de la ciberseguridad es aún más acentuada esa innovación. En ciberseguridad trabajamos cada día por hacer que el uso de la tecnología y las comunicaciones sean más seguras, rivalizando con grandes mafias organizadas que ponen todos sus esfuerzos y sus importantes capitales al servicio de ciberdelincuentes que les proporcionan ampliar ganancias alejadas de los flujos tributarios.

También venimos observando la venta de malware como servicio (Malware as a service), donde los ciberdelincuentes ofrecen sus programas maliciosos, estos además incluyen tutoriales donde se explica con mucha claridad, de forma que cualquiera los pueda desplegar.

Según la consultora Bromium (propiedad de HP), los ciberdelincuentes ingresaron durante el año 2019 un total estimado de 1.8 Billones de dólares (fuente). Gran parte de estos capitales van a parar a wallets de criptomonedas donde el seguimiento ya es muy complejo y anónimo.

Somos conocedores de la gran evolución que la industria del malware impone a sus diseños, creando un escenario donde cada vez son más difíciles de detectar, implican, y cada vez más virales y dañinos para las organizaciones afectadas. Sólo en el primer trimestre de 2021 se han detectado más del doble de ciberataques que en todo el año 2020.

Nos enfrentamos, por lo tanto, con un rival tremendamente exigente, y que tiene una gran capacidad de evolución y también una capacidad económica muy superior a los presupuestos de las empresas en seguridad.

Pentesting

El proceso de auditoría en seguridad debe ser algo continuo, de poco sirve evaluar el estado de los sistemas una vez al año, ya que cada semana se conocen nuevas vulnerabilidades, parches, actualizaciones de programas, etc. También es importante que las pruebas se realicen en diferentes momentos, para estudiar el comportamiento de los servicios en función del volumen de trabajo. Por último, el análisis debe ser indiscriminado, es decir, sobre cualquier sistema que tenga influencia en la organización, ya que el nivel de seguridad es tan bajo como el eslabón más débil de su cadena.

La privacidad del usuario final debe estar automáticamente protegida al máximo nivel sin necesidad de que éste tenga que hacer nada. Esta idea no se limita a las opciones que el usuario puede configurar, sino a todas las opciones del sistema como un todo.

La protección de la privacidad debe estar integrada en el diseño, en la arquitectura, en el ADN de los sistemas informáticos y las prácticas empresariales. La privacidad debe dejar de tratarse como un módulo añadido a algo que ya existía o que ya funcionaba, como una medida accesoria de seguridad.